La suave brisa que me envuelve en sus brazos y me arropa en su regazo mientras discurre bravamente el rio haciendo pequeñas cascadas que hacen que el agua transparente y cristalina se transforme en burbujas que alegres saltan y rebotan en las piedras estaticas de la rivera. Hay otras piedras mas pequeñas que el rio ha conseguido desligar de su vinculo maternal y han sido arrastradas con la corriente rio abajo ,buscando nuevos caminos y lugares donde establecerse y siempre al lado del divertido discurrir de su amiga el agua,siempre fiel compañera.
En las resbaladizas caras petreas se coloca señorial el musgo dando colorido al agua y siendo refugio de pececillos y renacuajos que estancados en un ribete del rio van dando vueltas vitales creciendo poco apoco hasta llegar a ser algun día el anfibio adulto que ya ha completado su ciclo.
Transcurrir del agua que nos recuerda que solo estamos de paso ,que somos perecederos y que generación a generación somos renovados en el devenir de la vida.
