Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis. ( 1916 )
Don Vicente Blasco Ibañez
-Yo soy cristiano.
Argensola, que conocía las ideas y la historia del ruso, hizo un movimiento
de asombro. Julio insistió en sus sospechas: «Decididamente, este Tchernoff
está borracho».
-Es verdad -continuó- que me preocupo de Dios y no creo en los dogmas; pero
mi alma es cristiana como la de todos los revolucionarios. La filosofía de la
democracia moderna es un cristianismo laico. Los socialistas amamos al humilde,
al menesteroso, al débil. Defendemos su derecho a la vida y al bienestar, lo
mismo que los grandes exaltados de la religión, que vieron en todo infeliz a un
hermano. Nosotros exigimos el respeto para el pobre en nombre de la justicia:
los otros lo piden en nombre de la piedad. Pero unos y otros buscamos que los
hombres se pongan de acuerdo para una vida mejor: que el fuerte se sacrifique
por el débil, el poderoso por el humilde y el mundo se rija por la fraternidad,
buscando la mayor igualdad posible.