"Yo tengo para mí que eso que complacientemente hemos llamado y seguimos llamando "partidos", no son sino facciones, banderías o parcialidades de carácter marcadamente personal, caricaturas de partidos formadas mecánicamente, a semejanza de aquellas otras que se constituían en la Edad Media y en la corte de los reyes absolutos, sin más fin que la conquista del mando, y en las cuales la reforma política y social no entra de hecho, aunque otra cosa aparente, más que como un accidente, o como un adorno, como insignia para distinguirse o como pretexto para justificar la pluralidad
Ahora, aun el pretexto ha desaparecido, quedando reducidos a meras agrupaciones inorgánicas, sin espíritu, sin programa, sin eso que les daba semblante de cosa moderna y europea, reducidos al concepto personal y oligárquico denunciado por Maura, pudiendo por tanto aplicarse a la morfología del Estado español la siguiente definición que Azcárate da del caciquismo:
Ahora, aun el pretexto ha desaparecido, quedando reducidos a meras agrupaciones inorgánicas, sin espíritu, sin programa, sin eso que les daba semblante de cosa moderna y europea, reducidos al concepto personal y oligárquico denunciado por Maura, pudiendo por tanto aplicarse a la morfología del Estado español la siguiente definición que Azcárate da del caciquismo:
"Feudalismo de un nuevo género, cien veces más repugnante que el feudalismo guerrero de la Edad Media, y por virtud del cual se esconde bajo el ropaje del Gobierno representativo una oligarquía mezquina, hipócrita y bastarda..
y la contradicción que señala "entre la teoría y la práctica, puesto que aquélla proclama que el régimen parlamentario tiene por fin el gobierno del país por el país, y luego ésta pone de manifiesto que la suerte de un pueblo está pendiente de la voluntad del jefe de una parcialidad política, o cuando más, de una oligarquía de notables".
y la contradicción que señala "entre la teoría y la práctica, puesto que aquélla proclama que el régimen parlamentario tiene por fin el gobierno del país por el país, y luego ésta pone de manifiesto que la suerte de un pueblo está pendiente de la voluntad del jefe de una parcialidad política, o cuando más, de una oligarquía de notables".
Don JOAQUIN COSTA (Monzón, Huesca, 1846- Graus, Huesca, 1911), "Oligarquía y caciquismo como forma actual de gobierno en España. Urgencia y modo de cambiarla" (1901).
Querido Pedro, emocionate leyendo... tarde o temprano te cerraran el blog, y tampoco te acerques por la Puerta del Sol, de alli te echaran...
Continuará...