Copia de Periodismohumano para que se divulgue. Conclusion "TERRORISMO DE ESTADO"

“Qué guapo ye desahuciar a un
bebé”

Cuatro horas de operación policial y unos 60 policías
antidisturbios fueron necesarios para ejecutar el desahucio de Jorge,
Patricia y su bebé Amanda en Oviedo

Hubo varias cargas policiales y veinte personas
fueron detenidas

A las más de 300 personas que protestaban en la
calle, se fueron sumando vecinos en una improvisada cacerolada

Como
es habitual en muchas ejecuciones hipotecarias, la operación policial
comenzó una hora antes de la comunicada por la orden judicial, las nueve
de la mañana. En previsión, una veintena de ciudadanos afines a la Plataforma
de Afectados por la Hipoteca
y al 15M pernoctaron en
la casa de
Jorge, Patricia y su bebé de 5 meses Amanda
. Esta familia de
trabajadores autónomos del transporte de paquetería cayeron en desgracia
cuando empezaron a acumular impagos de las empresas que los
subcontrataban, entre otras, una propiedad de el exconcejal de cultura del
Partido Popular, José Suárez Arias-Cachero, conocido como “Felechosa”,
y actual consejero general en representación de FORO en Cajastur,
la entidad pública que les niega la dación en pago
y el
alquiler social.

Antes de 8 de la mañana unos diez furgones policiales
acordonaban la zona y cortaban los accesos a la calle
de la
vivienda, en Ciudad Naranco, un barrio de trabajadores de Oviedo. Para
entonces, ya un grupo de unas 50 personas de todas las edades protestaban
contra el desahucio coreando “El mundo al revés, desahuciar a un bebé”.





Poco después, con la llegada de la comisión judicial y el aumento de
la tensión entre los manifestantes, se produce una primera carga policial
cuando algunos agentes salen del cordón y, durante la persecución a
algunos participantes en la protesta, a uno se le cae la pistola y las
balas.

Sorprendió igualmente que los propios policías contuvieran a algunos
de sus compañeros que, parecía, se habían tomado los insultos de los
manifestantes de forma personal.

Policías conteniendo a algunos de sus compañeros
(Patricia Simón)
Poco después, una decena de agentes se empleaban a fondo en abrir el
portal, una tarea que terminaría llevándoles más de media hora porque
había sido atrancada por dentro con vigas metálicas. Mientras, seguían
llegando manifestantes, entre ellos, algunos mineros en muestra de
solidaridad
del sector con la familia desahuciada.

En ese momento un policía baja de un furgón y empieza a grabar
ostentosamente a los ciudadanos participantes en la protesta así como a
las personas que permanecían en el balcón del piso.



.

El ambiente se iba tensando entre los miembros de las fuerzas de
seguridad al pasar el tiempo y no conseguir abrir el portal mientras desde
el inmueble vaciaban cubos con líquido. También entre los manifestantes,
según los golpes cada vez más fuertes anunciaban la proximidad de su
entrada en el edificio.



.

Jorge y Patricia se conocieron en España poco después de llegar ambos
desde Ecuador. Ella trabajaba limpiando casas y cuidando a personas
mayores, y él como albañil hasta que desarrolló una alergia al polvo.
Fue entonces cuando creo una empresa de transporte para la que llegó a
contratar a cuatro trabajadores más Patricia. Pero con la llegada de la
crisis, como contamos en un amplio reportaje en Periodismo
Humano
, los pagarés a 90 días se le iban acumulando y
descontando de la línea de crédito
hasta que se encontró con
una deuda de 80.000 euros por parte de tres empresas asturianas. Hoy deben
a Cajastur unos 100.000 euros por su casa con las costas judiciales
incluidas. “Nosotros no queremos quedarnos con la casa si no la podemos
pagar. Lo que queremos es no cargar con la deuda si lo entregamos.
Invertimos 30.000 euros en reformar esta casa: cambiamos la instalación
eléctrica, las tuberías… está todo nuevo. Solicitamos el alquiler
social de este piso porque habiendo tantos cerrados, Cajastur ganaría
algo en lugar de estar cerrado estropeándose”, nos decía hace dos
semanas Patricia.

En la protesta, en determinado momento, un policía pide el carnet de
identidad a uno de los manifestantes sin explicarle el motivo.
Otro policía decide explicarle que “se le va a apercibir por
insultar a la Policía en la vía pública”. No responden cuando les
preguntan dónde tienen el número de identificación. Una mujer pregunta
a los policías “¿no nos estáis insultando vosotros con lo que estáis
haciendo?”. La Coordinadora
para la Prevención y Denuncia de la Tortura
recoge en su último
informe su preocupación porque las multas a los manifestantes estén
siendo utilizadas como una forma de amedrentar a la ciudadanía. ““Las
multas son una forma indirecta de maltrato institucional, ‘no te detengo
pero por participar en una movilización ciudadana de protesta te van a
caer 500 o 600 euros’ (…) Ahora la resistencia pasiva no está penada
con cárcel pero sí con dinero”, opinaba en una entrevista
para Periodismo Humano
Carlos Hernández, portavoz de la ONG.
.

Mientras en el piso, una veintena de personas acompañan a Jorge.
Pertenecientes al 15M y a la PAH, habían impedido
ya la primera orden de desahucio
en abril. Hace algunas semanas,
cuando se les comunicó la fecha para la segunda orden de alzamiento, los afectados
decidieron que no querían que voluntarios volvieran a impedirlo “porque
no sabemos a dónde nos lleva este círculo de violencia
, ni
queremos que hieran a nadie, y nos da pudor molestar de nuevo a los
vecinos del barrio”, nos contaba Jorge en su momento. Pero el apoyo y el
empeño de un grupo de personas del 15M así como la desesperación de la
pareja, les hizo cambiar de opinión y aceptar esa ayuda. Más de 300
personas terminaron participando en la concentración.
.



Desde la casa de Jorge y Patricia cae un colchón amarrado y poco después
una mochila. Cuando uno de los manifestantes se acerca a recogerlo y un
policía intenta impedirlo, se desata una carga policial que acaba con una
joven herida  sangrando por la nariz y dos detenidos, una mujer y un
hombre, que han sido acusados de desobediencia y atentado a la autoridad.
“Esas mochilas podían tener elementos peligrosos, armas blancas,
pelotas o piedras y entonces es de interés policial saber qué contenía
esa mochila”, explicaba el responsable a pie de calle de la operación
policial.


La detenida, que ha sido acusada de atentando
y desobediencia a la autoridad









La joven herida durante la carga policial


Finalmente tras más de cuatro horas de dispositivo en el que
participaron más de 60 antidisturbios, un cerrajero y un bombero
‘armado’ con hachas para conseguir entrar en el inmueble, empezaron a
sacar, detenidas, con las manos atadas a la espalda, y escoltados por
policías, Jorge y las 17 personas que le acompañaban.


Se les acusa de resistencia y desobediencia grave a la autoridad. Según
el comunicado
de la Delegación del Gobierno
, se les ha detenido por “obstrucción
a la justicia” y se equivoca cuando afirma que “se comprueba la
presencia de 20 personas, ninguna de ellas residente en la misma ni
afectada por la orden de desahucio, ante lo que se procede a su detención”.
Jorge se encontraba en el domicilio y fue detenido como recoge la fotografía.

Jorge Ordoñez, esposado, a su salida del
inmueble
Durante toda la mañana, vecinos habían observado los hechos desde sus
ventanas silenciosamente. Pero con la detención de los encerrados en el
piso fueron muchos, entre ellos varias ancianas, los que se fueron sumando
a una improvisada cacerolada que fue recibida con aplausos por los
manifestantes de la calle, emocionándose más de uno.
En la protesta se veían algunos rostros veteranos de la lucha social
en Asturias. Carmina
Bascarán
, una defensora de los derechos humanos fundadora del Centro
de la Vida y de los Derechos Humanos en Açailandia Brasil, dedicado a la
erradicación del trabajo esclavo, ya de vuelta en España gritaba “Los
güeliflautas también estamos aquí”. Cerca de ella se encontraba
Segundo, trabajador y sindicalista de los astilleros gijoneses,
conocido en las luchas que durante años mantuvo el sector contra las
amenazas de cierre que finalmente se consumaron. “Hoy desahucian a una
familia con la que el banco podría haber llegado a un acuerdo. Está
visto que los banqueros no responden más que a sus intereses y lógicamente
la gente tenemos que protestar y apoyar a estas familias porque sí”.



Cuando
ya todo había acabado y ni los policías ni los manifestantes sabían muy
bien qué hacían en la calle mientras los vecinos seguían observando
desde los balcones, se dirigieron a la sede de Cajastur donde Jorge ha
pasado una semana bajo la lluvia y el sol en huelga de hambre sin recibir
ninguna respuesta de la entidad pública sobre su demanda que no es
quedarse con la casa, sino que con su entrega se salde su deuda
hipotecaria que con costas judiciales asciende a 100.00 euros “porque si
no no hay vida que se pueda remontar”, nos decía hace una semana, y el
alquiler social.
Los policías cambiaron los cascos por gorras y dos furgones policiales
vigilaron la protesta en la sucursal.

Protesta y recogida de firmas a favor de
Jorge y Patricia en la entrada de la sucursal de Cajastur (P.S.)
En un comunicado conjunto de la PAH
Asturias
y la Asamblea
del 15M del barrio gijonés El Llano
, denuncian que  “las
numerosas grabaciones y las declaraciones de los implicados ponen de
manifiesto que las Fuerzas de Orden Público han actuado con total
desproporción no dudando en agredir a las personas que pacíficamente
mostraban su solidaridad con la familia desahuciada. Pero, el que se hayan
producido estos incidentes no pueden ocultar el hecho dramático de que
hoy una familia tenga que dormir bajo el cobijo de familiares y amigos al
haber sido despojados del que fuera su hogar”.


Patricia y Amanda habían salido del piso la noche anterior por razones
de seguridad para el bebé, y ahora están en casa de unos amigos. Jorge
cumple su décimo día en huelga de hambre ante la central de Cajastur
como cuando la empezó, lloviendo.

 

Patricia Cordero con su hija amanda (P.S.)

 

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